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viernes, 16 de enero de 2009

hacia la otra orilla



Desde los tiempos más remotos


vuelan los ángeles guardianes


siempre celosos de sus votos


contra atropellos y desmanes.


Junto a las cunas infantiles,


junto a los tristes moribundos,


cuentan que velan, los gentiles


seres con alas de otro mundo.




Pobres los ángeles urgentes que nunca llegan a salvarnos.¿Será que son incompetentes o que no hay forma de ayudarnos?



Hay quien dice que vienen nuestros seres queridos muertos, y nos guían cuando es hora de dar el paso.


"Descubrir las bondades de otra persona es algo maravilloso pues nos hace reparar en que las cualidades del otro también nos pertenecen"


Conocí a calero a través de los ojos de otra persona,ahora esta a punto de dar el paso hacia la otra orilla,y dicen los budistas que deberíamos saber morir como un niño,un mendigo y un león.

Le intentaremos pasar esa información a calero a través del oído del alma.

La muerte es la única realidad y experiencia absolutamente democrática a la que los seres vivos tienen acceso. Todos vamos a morir, sin importar nuestro estatus social, edad o circunstancias personales. Curiosamente, a pesar de encontrarnos todos afectados por este “diagnóstico terminal”, es poco lo que hacemos para prepararnos y conocer más acerca de esta natural transición. Como resultado de nuestra ignorancia, muchos nos vemos embargados por el miedo y la desesperanza ante la confrontación del morir, proceso claramente expresado por el célebre filósofo griego Sócrates, quien comentaba: “El temor a la muerte, señores, no es otra cosa que considerarse sabio sin serlo, ya que es creer saber sobre aquello que no se sabe. Quizá la muerte sea la mayor bendición del ser humano, nadie lo sabe, y sin embargo todo el mundo le teme como si supiera con absoluta certeza que es el peor de los males”. Preparase para el bien morir no es entonces un lujo, sino una necesidad esencial para el hombre. Padmasambhava, el célebre adepto y filósofo indio, responsable por llevar el Budismo al Tibet advertía: “Quienes creen que disponen de mucho tiempo, sólo se preparan en el momento de la muerte. Entonces los desgarra el arrepentimiento. Pero, ¿no es ya demasiado tarde”. Ulteriormente, ésta tarea debe ser resuelta —o por lo menos adecuadamente anticipada— durante esta vida, que la nuestra es una existencia vacilante y cuando la muerte llega no somos más que una nube que se desvanece en el cielo. No obstante, este mismo personaje en otro momento afirmaba que: “Para aquellos que conocen la naturaleza de su propia conciencia, la muerte no es más que un concepto”.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Un gusano,reptando cuidadosamente por el peligroso suelo,por ramas sombrías,donde apenas llega la luz.
A un sabiendo del peligro de ser devorado,vive su experiencia única,a su manera.
Pero llega el día,en el que se transforma en un ovalo,en el cual surge un vello ser con alas,que no llega al sol,pero si aun mas cerca de el.Esperando tejer con su nueva experiencia,un nuevo ovalo.
(ECLIPSE)