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jueves, 20 de noviembre de 2008

La crisis: ¿una conspiración de los Illuminati?


la crisis no es más que una construcción artificial para implantar una serie de medidas que beneficiarían a ciertas élites, por ejemplo, entre otras muchas: en la implantación del Amero en México, EE UU y Canadá, con la consecuente desaparición del dólar y el regreso al patrón Oro. Y es ahí donde entra la leyenda de la denominación Illuminati, para definir de forma abstracta y popular, a estas élites político-económicas, sin entrar en complejos análisis

Su beneficio por encima de todo:
Pero quien acusa habla de que, ante todo, los Illuminati conforman una trama económica que extiende sus redes por el Gobierno de los Estados Unidos, la Reserva Federal, la Unión Europea, la OMS, las Naciones Unidas, el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional y que antepone su único beneficio por encima de todo.

Por un lado, en un fenómeno mundial, de los grandes banqueros del mundo, comenzando por los Rockefeller; y, por otro lado, como herencia de las teorías de las conspiraciones fracmasónicas en España, un modo, o un insulto, más de llamar a los dirigentes socialistas o comunistas, favorecidas por las recientes políticas laicistas. Se puede leer en las cartas al director: "Esta España de los illuminati?".

¿No estamos más que ante una leyenda? Santiago Camacho, por ejemplo, contesta concediendo medias tintas: los Illuminati son reales, es una organización con objetivos de infiltración en las altas esferas, pero ni las maldades que se les ha señalado han sido tales, ni tampoco la benevolencia en sus objetivos ha sido tan inocua.

Políticamente, defendía que la Iglesia y todos los gobiernos debían ser derrocados para establecer un gobierno mundial dirigido por la organización y la élite intelectual. Evidentemente, Weishaupt no lo escribió, pero es lo que, por ejemplo, se asocia con los Illuminati a partir de William Guy Carr, autor del clásico La niebla roja sobre América.

A Weishaupt se le achaca que sus aspiraciones espirituales se fundamentaban en un falso mensaje igualitario: la eliminación de la monarquía opresora promoviendo la república para gobernar, la búsqueda de la igualdad social del pueblo, eliminar fronteras y fomentar el laicismo. Y, en doble lectura, verdaderas intenciones de supresión de la democracia, de la propiedad privada, del derecho a herencia, de la familia, de las religiones tradicionales.

Objetivo: dominación de masas
Es la misma teoría que asocia a "estrategias Illuminati" el fútbol, la telebasura, las revistas del corazón o los juegos de ordenador, para absorber la mente colectiva, porque bajo el foco de la igualdad su verdadero objetivo es dominar a las masas para convertirlas en esclava de la élite. Así se muestra, por ejemplo, en "Endgames" o "Plan de esclavitud total2, el último documental de Alex Jones, un investigador obsesionado por el Nuevo Orden Mundial, aventado por Internet.

La reciente reconstrucción en Barcelona de una autodenominada Orden Iluminati, inspirada en Weishaupt, no debe, en cualquier caso, confundirse con lo que en el escenario económico o político se denomina del mismo modo. La sociedad paramasónica catalana, abiertamente satánica y que atesora acusaciones como secta, se define defensora de un "estado avanzado del anarquismo que no prescinde del capitalismo ni de la democracia y parte de un principio rebelde simbolizado por el diablo que ya gustó a Bakunin.

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